Tu cerebro es gilipollas, pero aún no te has dado cuenta

6 de enero de 1994: El comienzo

Hoy es el primer día de LTCM. Todos hemos dejado nuestros puestos en Wall Street para crear el fondo definitivo. Somos la élite de las finanzas: profesores, inversores, técnicos, traders y dos premios Nobel en economía. Nada puede fallar, nada va a fallar.

Sabemos que nuestro modelo matemático es infalible.

2 de abril de 1995

Estos meses han sido perfectos. Nuestro fondo ha crecido un 40%, mientras el mercado solo ha subido un 10%.

Me encuentro revisando los cálculos de hoy y, como siempre, son impecables. No podemos equivocarnos. Las estrategias de arbitraje que usamos explotan las pequeñas ineficiencias del mercado, y estamos convencidos de que las condiciones se repetirán.

8 de noviembre de 1996

Hoy fuimos invitados a hablar en una conferencia sobre nuestras estrategias. La gente estaba fascinada con nuestro éxito. Universidades, bancos, todos quieren invertir en nuestro fondo.

Nuestro fundador se dirigía a su audiencia así:

“Es simple. El mercado puede tener sus variaciones, pero a largo plazo, siempre vuelve a la normalidad”

En el fondo, todos lo creíamos. Nadie en la sala parecía cuestionar que habíamos descubierto la fórmula perfecta. Pero había una voz en mi cabeza que a veces susurraba:

¿Y si las cosas no salen como pensamos?

Me quito esa duda rápidamente, porque sé que es irracional. Mis compañeros parecen confiados. ¿Por qué no debería estarlo yo?

18 de junio de 1997

Parece que en Asia está la cosa convulsa, pero nuestro modelo indica que debemos comprar más activos de riesgo.

He notado que hemos comenzado a tomar posiciones más grandes. Hemos apalancado el fondo a niveles nunca antes vistos: más de 30 veces nuestro capital.

Mis colegas y yo brindamos por el futuro, convencidos de que nuestros algoritmos no fallan. Este es el nuevo orden financiero. Estamos creando un nuevo paradigma.

12 de julio de 1998

Algo no va bien. Los mercados parecen más volátiles de lo normal.

Hoy John repitió que las oscilaciones actuales no son más que ruido.

“Todo volverá a la normalidad”

Me dijo con una calma que me tranquiliza, pero también me inquieta. Pero, ¿y si esta vez no es solo ruido? Intento no pensar en ello. Después de todo, los que me rodean son los genios.

15 de agosto de 1998

Rusia ha colapsado. Los mercados financieros en todo el mundo están cayendo en picado. Nunca consideramos que un país entero pudiera declararse en quiebra, y mucho menos Rusia.

Todos en la oficina están mirando las pantallas. Las pérdidas se acumulan minuto a minuto.

“No es posible

El modelo decía que esto no podía ocurrir. El modelo tenía razón… ¿Verdad? El mercado tiene que corregirse. Seguimos apalancados, apostando todo a que las cosas mejorarán.

25 de septiembre de 1998

Hoy es el peor día de mi vida. Nos han liquidado. El mercado nunca volvió al equilibrio que tanto esperábamos.

Nuestros cálculos, nuestras teorías… todo falló. No solo hemos perdido nuestro dinero, sino también el de nuestros inversores. El fondo se está desmoronando y, con él, todo lo que construimos.

Pensamos que lo sabíamos todo, que nuestras matemáticas eran inmunes al caos del mundo real. Pero no lo vimos venir.

La Reserva Federal ha intervenido. ¿Cómo pudimos estar tan ciegos?

Encuesta

¿Conocías este caso real?

Se trata de un caso real, puedes buscar más información como el caso de LTCM.

Si el cerebro de unos premios nobel es gilipollas, imagínate el tuyo o el mío

Tu cerebro es gilipollas por culpa de los sesgos cognitivos.

Los que hemos estudiado psicología (si hay algún psicólogo entre mis lectores esto ya lo sabrá) sabemos de la importancia de los sesgos cognitivos a la hora de tomar decisiones.

¿Sesgos cogni-qué cojones?

Los sesgos cognitivos son atajos mentales que evolutivamente han sido útiles porque nos han permitido tomar decisiones de forma ágil en situaciones de incertidumbre en las que debíamos tomar una decisión rápida.

Esto simplifica mucho la información que recibimos a través de nuestros sentidos.

Joder, párate a pensar por un momento. Si nuestro cerebro tuviera que procesar todos y cada uno de los estímulos que recibimos al cabo del día, colapsaría. Por eso se pone en MODO GILIPOLLAS durante todo el tiempo.

Y eso fue lo que les pasó a los genios de LTCM. Estuvieron en modo gilipollas durante 4 años.

Antes de que te preocupes, no es tu culpa, no es que seas tono ni nada de eso, simplemente tu cerebro evolucionó así. Fue lo más adaptativo.

Los sesgos cognitivos son como programas informáticos

Si pasa una mosca
Entonces no prestar atención

Si aparece un león a la vuelta de la esquina
Entonces salir corriendo echando hostias

¿Ves? Hemos evolucionado para no prestar atención consciente a muchos estímulos de nuestro entorno, funcionando prácticamente en automático.

Pero la vida ha cambiado a como era años ha. Y los sesgos cognitivos pueden llegar a ser una gran putada. Sobre todo si no los conoces.

¿Por qué?

Porque seguramente te lleven a palmar pasta. Y tú no quieres palmar pasta. De hecho, creo que querrás ganarla.

¿Qué sesgos cognitivos crees que se manifestaron en el caso de LTCM?

Claramente, el sesgo de exceso de confianza fue el que tuvo mayor impacto aquí. Además, de forma colectiva.

Imagínate estar rodeado de premios nobel, de los mejores traders de Estados Unidos, gente de bolsa, técnicos… ¿Quién cojones va a dudar del talento que habría en esas oficinas? Ahí debía oler a Brummel cada mañana.

Sesgos cognitivos aplicados al mundo cripto

Vamos a ver algunos ejemplos de sesgos que observo cada día en la red social por excelencia de los Criptobrós: X (anteriormente Twitter).

  • Sesgo de anclaje: «Si el ATH de DOT fue 55$, ahora a 4$ está muy barato»
  • Sesgo de confirmación: «SOL es muy buena inversión, todas las noticias que leo en el grupo de solana son muy buenas»
  • Sesgo de disponibilidad: «Tardo menos en ver 1 vídeo de YT que en hacer mi propia investigación»
  • Sesgo de aversión a la pérdida: «He comprado BTC en 60,000 y ha caído a 59,000. Voy a vender todo para no perder más»
  • Sesgo de exceso de confianza (el de nuestros amigos de hoy): «He acertado 6 trades seguidos después de leer padre rico y padre pobre, soy un máquina»
  • Miedo a perder oportunidades (FOMO): «Soy tonto, no compré BTC en 15,000 esperando que cayera más como me dijo un youtuber y ahora voy a comprar en 65,000 porque se escapa el tren»

Pero hay muchos más.

Si te interesa el tema, te recomiendo el libro de Daniel Kahneman “Pensar rápido, pensar despacio”.

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¿QUIÉN COJONES ES VIRGILIO?